Hay momentos en que aparecen los desacuerdos, se puede intentar ocultar o preferir pensar que algunos problemas se resuelven solos. Al final se rompe la armonía por todo lo callado. Los resentimientos se perciben por esa falta de comunicación. Los conflictos evitados fermentan y acaban por producir aquello que se quería evitar a toda costa, es decir, el sufrimiento.